Una de las maneras mas conocidas para lograr ser el mejor en algo:
Teoria o Ley de las 10.000 horas:
Bill Gates |
¿Cuál podría ser la la clave del éxito a base de meritos propios? Bueno, por supuesto, tenemos que definir qué es el éxito, un tema que últimamente ha generado diversas interpretaciones. Sin embargo, por simplicidad, lo entendemos como algo que es popular. Por lo tanto, las sinfonías de Mozart, las canciones de los Beatles o el trabajo de Bill Gates pueden servir como un buen ejemplo de lo que es “pop”.
Existe un libro de Malcolm Gladwell llamado “Outliers. The story of success” cuya traducción se podría transcribir como cuya traducción sería como “Los fuera de serie. La historia del éxito”. El libro describe cómo algunas personas con autoridad lograron tener éxito. Y por eso, el autor analiza la importancia de la cultura, familia, amigos, ancestros y otros factores determinantes en el éxito de sus proyectos. Pero el principal problema abordado es la regla de las 10.000 horas, investigado por los estudiosos.
http://es.wikipedia.org/wiki/Malcolm_Gladwell |
El autor dice que para alcanzar la excelencia, se debe tener una acumulación de 10.000 horas de práctica, esto quiere decir 10 horas por semana en 20 años, 20 horas por semana en 10 años o 40 horas por semana en 5 años. Tendemos a ser simplista en el análisis, la búsqueda de que el éxito y el ingenio se debe exclusivamente a fallas en la creatividad, pero parece que el reconocimiento tiene que ver más con el sudor que con una buena idea.
Uno de los estudios más famosos al respecto es el que llevó a cabo a principios de 1990 el psicólogoK. Anders Ericsson y dos de sus colegas en la elitista Academia de Música de Berlín.
Allí dividieron a los violinistas en tres grupos.
Grupo 1: las estrellas, los que tenían más potencial para ser músicos de talla.
Grupo 2: los que eran juzgados por sus profesores como simplemente buenos.
Grupo 3: los estudiantes que tenían escasas posibilidades de acabar dedicándose profesionalmente a la música.
A todos los estudiantes se les había preguntado cuántas horas habían practicado aproximadamente con su violín desde la primera vez que tomaron uno. En los tres grupos la respuesta fue parecida: todos empezaron a tocar alrededor de los 5 años de edad, y todos practicaban unas 2 o 3 horas semanales.
Sin embargo, cuando los estudiantes evocaron sus prácticas a partir de los 8 años de edad, empezaron a surgir diferencias. Los estudiantes del Grupo 1 respondieron que a esa edad duplicaron las horas de prácticas. A los 16 años, ya practicaban 14 horas semanales. A los 20 años era posible que algunos ya practicaran unas 30 horas semanales.
Todos los estudiantes que habían practicado ese gran número de horas (alrededor de las 10.000) pertenecían al Grupo 1, al grupo de las estrellas. Ninguno que practicara menos podía colarse allí, y viceversa. Los miembros del Grupo 2 sumaban como máximo 8.000 horas. El Grupo 3, apenas 4.000 horas.
Aquellos resultados eran demasiado precisos para resultar ciertos. ¿Todo dependía de las horas que habían invertido los estudiantes? ¿Todo era cuestión de callo?
Para asegurarse de que no habían asistido a una especie de casualidad, repitieron el mismo tipo de experimento con una clase de pianistas. ¿Sabes cuales fueron los resultados? Exactamente el mismo. El patrón era idéntico. Los pianistas más sobresalientes siempre habían sumado al menos 10.000 horas de prácticas en toda su vida.
Este resultado era del todo contraintuitivo: Ericsson no encontró músicos natos, esa clase de músicos que parecen nacer con el don de tocar brillantemente, como si lo llevaran escrito en los genes. Como Mozart. ¿O es que el caso de Mozart no fue exactamente así?
W.A Mozart |
A partir de esta idea de 10.000 horas de práctica, es posible a nivel de los conocimientos adquiridos sobre la base de una escala de magnitud de 10 horas, de una forma aproximada:
Con 1 hora: Podemos saber lo básico.Con 10 horas: Tenemos una noción más amplia de los conceptos básicos.
Con 100 horas: Se adquiere un nivel medio.
Con 1.000 horas: Se avanza a ser un especialista.
Con 10.000 horas: Uno puede considerarse maestro en esa habilidad.
Esta idea se utiliza también en algunas profesiones como en las de los pilotos aéreos. Las horas de experiencia de vuelo son un buen indicador de su manejo en la práctica.